lunes, 6 de diciembre de 2010

Moleskine Legendary notebooks

CULTURA, IMAGINACIÓN, MEMORIA, VIAJE E IDENTIDAD PERSONAL.




Moleskine es una marca que identifica una familia de cuadernos, agendas y guías de viaje: instrumentos ágiles y esenciales que acompañan el cotidiano y lo extraordinario, formando parte integrante de la personalidad de cada uno de nosotros.

Este cuaderno Moleskine es el heredero del legendario cuaderno que utilizaron artistas e intelectuales de los últimos siglos, como Vicent van Gogh, Pablo Picasso, Ernest Hemingway o Bruce Chatwin. Un simple rectángulo negro con esquinas redondeadas, un cierre de goma para sujetar las páginas y un bolsillo interior: un objeto anónimo y perfecto en su esencialidad, producido durante mas de un siglo por una pequeña encuadernadora en París, a las que acudían las vanguardias artísticas y literarias internacionales. Un buen compañero de viaje en formato de bolsillo que ha guardado bocetos, apuntes, historias y sugerencias antes de que llegaran a convertirse en imágenes famosas o en páginas de libros amados.

Este cuaderno que era el preferido de Chatwin y al que llamaba "moleskine", a mediados de los años 80 del pasado siglo se convirtió en algo imposible de encontrar y desapareció totalmente. En su libro Los trazos de la canción, Chatwin narra la historia del pequeño cuaderno negro: en 1986, el productor, una empresa familiar de Tours, cerró el negocio. " Le vrai moleskine n´est plus" éste fue el anuncio lapidario de la propietaria de la papelería de la "Rue de l´Ancienne Comédie ", donde se abastecía Chatwin. Éste compró todos los cuadernos que consiguió encontrar antes de salir para Australia, pero no fueron suficientes.

En 1997, una pequeña editorial milanesa devolvió la vida al legendario cuaderno, eligiendo este nombre literario para renovar una extraordinaria tradición. Siguiendo los pasos de Chatwin, el cuaderno Moleskine retoma de nuevo su viaje, presentándose como complemento indispensable de la nueva tecnología portátil. Registrar la realidad en movimiento, captar detalles, y anotar en él experiencias únicas: Moleskine es un acumulador de ideas y de emociones que va liberando su carga a los largo del tiempo.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Cuando despierto con puta coloco Brahms

Narradores profesionales es una expresión poco usable en el medio literario nacional; lo que hay son mas bien aficionados, jugadores de rayuela corta que requieren de la literatura como un espacio en el cual armar comunidad, tomarse unos tragos, pelar el ambiente y autodenominarse los papitos de flow, los que la llevan en el Patio Bellavista: ¿me entienden?
Así cualquiera. Entonces por qué no incluir también la primera novela de Antonio de Santos, Cuando despierto con una puta coloco Brahms. Ese titulo, bastante ridículo en su afán de espantar, enmarca este relato bárbaro, poco pulcro e incluso torpe, que sin embargo es vivido, lleno de energía, de rabia, de impetuosidad. Exacto: impetuosidad. Una novela sin marketing, sin notas de Google, sin presentación en sociedad, distribuida por mano en algunas librerías.
De Santos construye esta novela a partir de lo que suele denominar artista maldito, concepto en que puede caber tanto un cuico como un rasca, con la condición de ser alternativo, muy alternativo. En este caso estamos en presencia de ambas opciones o dos caras de la misma moneda. En un primer momento, el protagonista vive solo, tiene un padre adinerado, estudia danza y es fanático del cine arte y la música docta. Además, una vez por semana lo visita una nana que lo atiende como rey. Como es de suponer, consume droga hasta el delirio y vive en una continua borrachera. Sus dichos son estereotipadamente incorrectos: las mujeres son todas maracas, desprecia a los homosexuales, a los negros y a todos los que se las dan de artistas. Durante gran parte del relato, increpa a los lectores y descalifica su propia escritura.
Sin embargo, este ocioso y delirante adinerado que atrás y emerge una segunda voz, que puede ser el mismo protagonista anterior. Ahora vemos a un tipo encerrado en un psiquiátrico que sobrevive a duras penas en lo económico y que esta envejecido, desgastado física y mentalmente.
Su memoria le trae fragmentos que lo conectan con lo que ya hemos conocido del primer protagonista, como su afición por las gordas, el arte y los continuos dolores de cabeza. El fascismo de ambas voces, la del joven artista o el viejo del manicomio, tiene su origen en la enfermedad. Es lo patológico lo que deriva en un discurso misógino, homofóbico y racista.
Sin duda, Cuando despierto con una puta coloco Brahms tiene innumerables errores redaccionales, pero las compensa con un alto grado de entusiasmo por el arte y su extrema autoconciencia sobre el trabajo literario. Muy pocos, por no decir ninguno, se atreverían a referirse a su texto: " esta mierda", "esta basura". No queda más que aplaudirlo por su exagerada honestidad.